10.16.2011

Sábado de: mixtura de gente linda y arte

Qué sábado más increíble y variado. Me encantan esos días en los que la agenda luce ocupada con encuentros y reencuentros con gente querida. 

Lo primero, dormir hasta tarde y reponer fuerzas por el entaconamiento de ayer en nuestro acto de graduación, en el que al fin tenemos el grado de Magister. Ya les he hablado en otros post [Post 1 / Post 2] de mis queridos compañeros.



Cercano a las 11:00 am desayunamos con Angel y Mari, quienes llegaron desesperados por ver a Gloria. Se habían ido de viaje por una semana, y nos encargamos de cuidarla (Creo que el verbo malcriar conjuga mejor). Probablemente hoy extrañe a mi peluche, perdón digo a Gloria.

Gloria!



Al Mediodía pasé por el teatro para comprar las entradas para ver La Leyenda de Robin Hood con Sebastian y mi mamá. Creo que es una manía personal y un punto de honor para mí llevar a los bebés de la familia a su primera obra de teatro; lo hice con mi primito cuando apenas tenía 3 años y hoy lo repetí con mi sobrino. 


Luego aprovechando estar de pasada y tomando en cuenta lo mala que soy para calcular el tiempo, creí que tenía espacio de sobra para una rápida visita a Cheo y Johana, una pareja súper cool digna de cualquier película magistral de cine francés. Sin darme cuenta y probablemente por lo sabroso de la conversa, apenas me daba tiempo de buscar a mi mamá y devolverme al teatro.

30 minutos para hacer un recorrido ida y vuelta en esta ciudad es todo un rally casi imposible. Cinturones puestos y velocidad medida, llegamos justo a tiempo.


La experiencia fue increíble. Pensé que en cualquier momento nos tocaría salir del teatro ante cualquier pataleta muy lógica para un bebé de 15 meses en una sala de teatro por 50 minutos. Pero nada más lejos de la realidad; Sebastian pasó toda la obra boquiabierto disfrutando del show, de las peleas con espadas, de los personajes. Aprovecho y les recomiendo la obra que está genial. [Aquí más info]

En plena función

Felicidad absoluta

7:00 pm. nada mejor que cerrar un buen día cenando con Caro, y yendo a ver una peli argentina - Un cuento chino- con Ricardo Darín. 




En este punto hago un stop, para reflexionar ante la pregunta que siempre me hace Giancarlo cuando vemos una película argentina: "¿Será que el único actor que hay allá es Ricardo Darín? Estoy seguro que los otros actores deben querer matar a este tipo, ¡Les quita todos los trabajos!" Yo por mucho afecto que le tenga al actor nombrado, me quedo en silencio...


Aun ahora cuando escribo, de verdad, pienso que no tiene sentido.


¡Al fin, lindo fin para todos!

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