10.01.2011

Esta suerte de conocer gente realmente especial

No hay manera de empezar este post sin sonar "pesada". Ya he escrito una y otra vez, borro y reescribo nuevamente intentado que suene de la mejor manera. Es imposible. Voy a tratar de lanzar la frase de la manera menos engreída, porque necesito comenzar de alguna forma... pero prométanme que si se ofenden, aún así seguirán leyendo porque después viene lo importante. Aquí va:

Ayer me gané el premio a la excelencia del IESA, que busca destacar al mejor alumno de cada maestría. 

No me lo esperaba, sinceramente quedé en shock. Creo que la mayoría de las veces uno subestima la capacidad que tiene y hasta donde puede llegar. 

Pero esa clase de méritos no se consiguen de manera aislada. Eso es tan imposible como comenzar este post sin sonar "pesada". Estoy segura, que si la humanidad estuviera constituida por un sólo individuo, jamás habríamos llegado hasta donde estamos ahora - con todo lo bueno y malo que tienen estos tiempos dementes y extraños.

Uno necesita rodearse de gente que nos impulse -por el motivo que sea- a ser cada vez mejor, a colocarnos metas, a traspasarlas, aunque sea para decir "te lo dije" o para hacer a alguien más sentirse orgulloso de quienes somos.

A mí me pueden faltar muchas cosas, pero he sido afortunada por estar rodeada de gente increíble que me impulsa a avanzar cada día más: 

  • mis maravillosos compañeros de trabajo que se han convertido en mi familia y que cuentan con el maravilloso don de convertir un guacal de aguacates en un almuerzo especial
  • mis jefes quienes luego de varias emboscadas me convencieron de arrancar la maestría y me brindaron todo el apoyo necesario. (Jamás me voy a olvidar de la clase histriónica que me dió Juan sobre energía eólica para un proyecto de Finanzas... aun hoy me pregunto si realmente él cree que entendí lo que me dijo)
  • mi equipo de trabajo del Iesa. ese grupo de guarros maravillosos, con esa capacidad tan increíble de burlarse de sí mismos
  • Y por supuesto... @Cammardella, como dicen por allí, el amor es el motor que mueve el mundo... Y él no sólo es mi motor sino mi mundo también.
Lo cierto, es que no puedo estar más agradecida, ni tengo manera de expresar lo que siento a estas personas maravillosas que han sido y son parte de mi vida, aunque sea de manera transitoria.

Este reconocimiento es tan sólo una placa, que siempre me recordará que lo poco que sé es gracias a mis errores, desaciertos y a esta suerte mía de conocer gente realmente especial.

1/4 del salón


El mejor equipo del mundo + el espíritu dicotómico de Hernán


Las chicas.


¡Celebrando nuestro logro!


La placa.

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