Cristina sólo tuvo que decir que tenía un guacal de aguacates en su casa y que no sabía qué hacer con ellos, para que las ideas comenzarán a surgir. La conclusión fue que la mejor solución era compartir sus aguacates en unos sandwich de pollo.
Inmediatamente comenzó la lista:
- Yo compro los pollos
- Yo puedo traer tomates
- Las canillas las traigo yo
- Salsa, yo traigo la salsa rosada
- Falta el postre!
¡Amo trabajar con esta gente! Transforman un viernes cualquiera en un almuerzo maravilloso con tan sólo un guacal de aguacates.
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