Sábado de: tenis y zoo.

Tenis: He mejorado increìblemente en tenis. Cabe acotar que al decir "Increìblemente" es que estoy jugando, mantengo la pelota con el profesor y además hice todos los remates en la malla perfectos. Por lo tanto, comparada contra la Tiby de hace dos meses, ahora soy Nadal. Claro, si me colocan al lado de los niñitos de 12 años que también van a clase: pues creo que pueden darme una paliza. Eso no impide que me sienta orgullosa de mi adelanto.

Tarde de Zoo: mi mamá, mi hermana, Sebastian, Gian y yo nos fuimos a expanzoo, un mini zoo de contacto cuyo objetivo es ofrecer ayuda a las personas especiales, con retardo leve o síndrome de down, a quienes se les permite formar parte del equipo de trabajo del lugar. Definitivamente es una labor loable y maravillosa.

Burros, cebras, camellos, monos, vacas, caballos, alpacas, y demás animales recibieron todo el amor de Sebastian, en forma de palitos de zanahoria (Que venden en el sitio para alimentar a los animales). 4 bolsas le compramos y sin ningún miedo se acercaba a los corrales para darles comida.

Su favorito: el dromedario. El más grande de todos. Además, fue el terror de los pollitos y patos a quienes perseguía con intención desconocida. La verdad no quisimos averiguar si quería acariciarlos o patearlos.