5.27.2011

El extranísimo y maravilloso concierto de Tricky en CCS (video incluído)

Definitivamente Tricky fue el concierto más extraño que he visto en la vida, y que conste que Gian y yo somos unos groupies de primera.

La cola para llegar al anfiteatro de El Hatillo fue infernal, Gian hizo uso de todos los caminos verdes que se sabía para llegar a tiempo. Lamentablemente no pudimos ver a los Chucknorris, pero nos cruzamos con Tricky justo cuando llegaba.

¡Por supuesto, Gian había comprado el último cd y llevaba su marcador en la mano, para conseguir un autógrafo como diera lugar! Así que fue más fácil de lo que pensaba. 

Nuestro disco autografiado

Tricky, entre susurros,golpes en el pecho que combinados con el beat parecía el latido del corazón, hizo gala de sus habilidades ante apenas 220 personas. Este hombre más que un músico es un director de orquesta. Su banda, integrada en su  mayoría  por chicas, estaba atenta a cualquier señal, pues el vocalista apuntaba con su dedo a alguno de ellos cuando quería algún cambio en la melodía.

Canciones como You don´t wanna, Really Real, Ace of Spades hipnotizaron al público, aunque suene a lugar común, Tricky y su banda lograron crear una atmósfera particular y única para su audiencia

Sin embargo, el maestro se ausentó. Luego de unas cuantas canciones Tricky desapareció por la parte de atrás del escenario. La banda nerviosa quedó en manos de la vocalista Francesca Belmonte, quien supo mantener la situación con su maravillosa voz, mientras el público comenzaba a preguntarse si estábamos ante un capricho de estrella al mejor estilo de Axel, o si más bien nos enfrentábamos a un conato de Cerati.

Tricky se descompuso, tuvieron que nebulizarlo. (Definitivamente Mayo es un mes extraño y peligroso para los artista extranjeros que se presentan en este país) Pero, es que este muchacho demente, al empezar el concierto con una mano fumaba y con la otra se aplicaba la bombilla para el asma. 

Luego de unos cuantos minutos de espera, reapareció Tricky con el doble de energía: no sólo invitó al público a subirse al escenario a bailar, sino que al terminar el concierto, se bajó y empezó a agradecer personalmente  por la paciencia, abrazando uno a uno, a cada fan.

La banda terminó de tocar y desapareció y nadie se dio cuenta porque Tricky saludaba, se tomaba fotos con el público y ¡Hasta terminó tomándose unas birritas con la gente!

Llegado este punto, yo no sabía si el concierto realmente se había terminado, o si sólo era un intermedio.

Definitivamente, fue extraño. Nunca había visto a alguien tan agradecido y/o tan tronado. Independientemente de esto, Tricky fue una experiencia bastante íntima que más de uno hubiera querido vivir. 


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