5.25.2011

Por los 8K: hoy comencé a correr.

Sigo en mi plan de eliminar, bajar, disminuir, borrar, cancelar, extinguir los ocho kilos. A pesar del pilates los martes, los jueves de TRX, y el tenis los sábados: no pasa nada.


Ni la balanza indica menos, ni los pantalones han logrado subir. Por supuesto, que genera estrés y rabia. Pero, no voy a tirar la toalla. No, señor.


Hoy a las 5:45 am estaba parándome de la cama, vistiéndome dormida para intentar el plan de soymaratonista para comenzar a trotar. (Recomendado si al igual que yo quieren, o al menos intentan empezar a correr, no sólo tienen planes, sino conceptos y muchas cosas de gran utilidad para quien no tiene ni remota idea de lo que está haciendo o cómo empezar)


En teoría no podía ser nada complicado: 3 minutos trotas, y 2 minutos caminas, de manera intercalada, hasta llegar a los 20 minutos en total de ejercicio.


¿Qué son 3 minutos? ... ¿Qué son 3 minutos?... Ni se les ocurra pensar que nada porque es una absoluta tortura. Los segundos son eternos, y ese medio minuto que falta para descansar es una cuchillo que se clava insistentemente debajo de las costillas (Bueno en realidad eso es no saber respirar)


Milagrosamente logré a duras penas - haciendo algo de trampita con el tiempo- terminar mis 20 minutos. Y como la culpa pesaba, pues di una vuelta más caminando. 


Terminé reventada y satisfactoriamente sudada, orgullosa. ¡Victoria!  Logré a duras penas cumplir y hasta me pareció interesante la idea de repetirlo el viernes. 


Sin embargo, lo mejor de correr es el premio que recibo al final. Llegar a casa de mi hermana, que queda vía a mi trabajo para bañarme y conseguir a Sebastian feliz de recibirme... 20 minutos más de juego y apurruñamiento, y me voy al trabajo.




Lo mejor de este plan inicial de trotar 3 días por semana, definitivamente es Sebastian. Y los 8k... será que así si? 

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