8.06.2011

La vida! Crónica del parto de nuestros nietos bullys

Sábado. 10:00 am. Llegamos a casa de la suegra de nuestro Ian. Su segunda novia está embarazada y en minutos le practicarían la cesárea. Podrían ser entre 6 y 8 cachorros.

No ví la primera parte de la operación; pero apenas terminaron de abrir a la madre, entré a la sala a reanimar a los cachorros. Nacen - como uno- sin respirar, y como la madre está anestesiada y no puede lamerlos (acción que hace que los bebes reaccionen), es necesario masajearlos con cuidado pero constantemente hasta que logran respirar.

La sala es un caos, y el estrés domina el ambiente. Un cachorro tras otro, el doctor los va pasando, están morados y tienes poco tiempo, apenas logras que respire, se limpian las fosas nasales, se coloca en la cuna y el doctor te pasa el siguiente. Por minutos tuve pánico, el miedo de no hacerlo bien y que no lograra revivir a cada cachorro, una vida en tus manos literalmente.

11:00 am. En total, 8 hermosos cachorros: 4 hembras y 4 varones. Todos en perfecto estado. Ágora, la madre, estaba comenzando a despertar de la anestesia...

Todos estábamos bobos viendo "el milagro de la vida" en 8 cositas peludas, más parecidas a ratones que a perritos. Sólo la dueña de Ágora se dio cuenta que algo no estaba bien. La mamá de los cachorritos estaba intentando vomitar, producto de la anestesia y no podía, así que se estaba ahogando...

En cuestión de minutos el veterinario se puso frente a ella, le sacó la lengua que ya estaba morada, y empezó a gritar que le pasaran el tubo... Todos estaban paralizados. Yo me tropecé con el dichoso tubo de plástico en el piso...

Inmediatamente se lo pasé al veterinario, le sostuve la mandíbula a 
Ágora, para que pudiera entubarla y empezar a soplar fuerte directo a los pulmones, mientras le golpeaba los costados. A medida que pasaba el tiempo, la lengua empezó a ponerse blanca como un papel... pasaron minutos que parecieron horas, y Ágora no volvía en sí. La dueña, empezó a llorar, suplicándole que reaccionara por sus bebés...

Dios es grande. Ágora revivió, luego de estar un minuto muerta, pues las pupilas llegaron a dilatarse. No sé cómo lo logró, lo que sé es que sin ella, los cachorros no lograrían sobrevivir.

Creo que esa experiencia me tocó profundamente. Ver la vida y luchar de cerquita con la muerte te conmueve, te trastoca algo en lo profundo... 

He aquí un vídeo con algunos buenos momentos, a 4 cachorros yo les dí la bienvenida al mundo, verán la reacción de Agora cuando conoce al primer bebé... Aquí están nuestros hermosos, valientes e increíbles nietos.



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