6.03.2011

Reverón de locura y de luz

Reverón siempre ha sido una figura importante de mi niñez y un eslabón fuerte hacia mi papá, cuando era mi héroe. Hoy no queda nada de eso. 


Mi infancia casi completa transcurrió en La Guaira. Mi papá disfrutaba surfeando y yo era su fiel compañera: mientrás el pasaba horas en el agua, yo me entretenía buscando cangrejos, cazando olas, y comiendo uvas de playa. 


Con él, descubrí al loco de Macuto, que vivió muy cerca de nosotros. Reverón el maestro de la luz, el que construyó un castillo para sí mismo, y recreo un mundo para él, Juanita y sus modelos de trapo. 


Cuando mi papá supo la ubicación exacta del castillo (Muy cerca del viejo hotel Quince Letras) que aun quedaba en pie, decidió que era hora de visitarlo.


Yo no tendría más de 8 años, cuando fui invitada al Castillete de Reverón. Recuerdo subir el camino empedrado, traspasar la puerta y conseguirnos con un lugar sólo, con algunas cosas extrañas aun sueltas, quizás sea obra de recuerdos construidos, pero puedo jurar que vi un par de muñecas. El tiempo parecía detenido.


La visita nos duró poco, pues estoy segura que el propio Reverón nos corrió como a dos intrusos: el cielo se encapotó en cuestión de minutos, y juro que cayó un trueno y un gato negro salió de la nada maullando. Mi papá y yo salimos corriendo espantados.


Lejos de asustarme, siempre quise saber más de él, de aquel hombre con pinta de mendigo, que había ido a estudiar a Europa y decidió dejarlo todo para vivir a su gusto, al lado de la orilla del mar. 


Así que, cuando supe de la película Reverón, fue inevitable para mi querer verla. Fotográficamente es una obra de arte, el director te lleva de la mano y te introduce en ese mundo lleno de luz que vivió Armando, sobreexponiendo la película.


Las actuaciones: maravillosas. Era precisamente así como siempre me imaginé a Reverón, el loco de macuto que estaba más cuerdo que todos. El que se burlaba de todos los convencionalismos, el que amaba a su negra con tanta pasión que fue a la única persona ante la cual cedió. 


No es una película para cualquiera. Es una película hecha para aquellos que pueden dejar los prejuicios afuera, para colocarse una máscara de toro y atreverse a jugar con la luz y que la porquería quede afuera.








3 comentarios:

  1. Muchas gracias por pasarte por mi blog
    te sigo :)

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  2. hola preciosa
    he creado un nuevo blog pásate a ver si te gusta y si pudieras seguirme
    mil besos
    http://littlehistoryoflittlegirl.blogspot.com/

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  3. Listo... te deje un comentario... Léelo.

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